Una serie de videos críticos realizados por el youtuber Mr. Doctor contra el contenido generado por la grafóloga Maryfer Centeno ha desembocado en una demanda penal que podría marcar el inicio de un largo juicio entre ambas figuras de internet. La disputa surgió a raíz de las acusaciones de Arroyo (nombre real de Mr. Doctor), quien criticó duramente a Centeno por promover la grafología como una herramienta para tratar problemas de salud mental.

La acusación de Mr. Doctor

En sus videos, el creador digital Octavio Arroyo acusó a Maryfer Centeno de lucrar con enfermedades graves como la ansiedad, la depresión y otros trastornos emocionales, sugiriendo que sus métodos de grafología podrían ser utilizados como una alternativa para tratar estas condiciones. El youtuber, quien cuenta con una considerable audiencia, subrayó que quienes padecen de estas afecciones deben buscar ayuda profesional en lugar de depender de enfoques no científicos, como la grafología, que según él no tiene base en pruebas sólidas.

En uno de sus videos, Mr. Doctor afirmó: Está lucrando con estas enfermedades tan serias, cuando quienes las padecen deberían recibir ayuda profesional. Estas declaraciones fueron el eje de la controversia, que rápidamente se viralizó en redes sociales.

Por su parte, Maryfer Centeno defendió su trabajo y negó las acusaciones. La grafóloga presentó estudios y datos que, según ella, respaldan su enfoque sobre cómo la grafología puede ayudar en el tratamiento de trastornos emocionales y mejorar el bienestar psicológico. Además, Centeno decidió llevar el caso más allá de las redes sociales y presentó una demanda penal contra Mr. Doctor, acusándolo de discriminación y amenazas.

Centeno, en una reciente transmisión en vivo, confirmó la demanda y expresó su intención de llevar este enfrentamiento a los tribunales. "No voy a permitir que me difamen ni que cuestionen mi trabajo de manera injusta", afirmó la grafóloga.

El enfoque de Mr. Doctor sobre la libertad de expresión

En respuesta a la demanda, Mr. Doctor ha defendido su postura sobre la libertad de expresión y la importancia de poder cuestionar públicamente las prácticas que considera peligrosas o no científicas. A través de sus redes sociales, el youtuber argumentó que criticar el uso de la grafología para tratar problemas de salud mental no debe ser considerado un delito, sino una manifestación legítima de sus opiniones y preocupaciones.

"Lo que estoy haciendo es simplemente ejercer mi derecho a la libertad de expresión, al poner en duda la efectividad y la ética de ciertos tratamientos que se presentan como soluciones a problemas tan serios", escribió Arroyo en uno de sus posts.

Un juicio en perspectiva

Este enfrentamiento legal podría prolongarse, ya que ambas partes se preparan para presentar sus respectivos argumentos en los tribunales. Mientras tanto, los seguidores de ambas figuras se mantienen atentos al desarrollo del caso, que no solo involucra a dos personalidades de internet, sino también una discusión más amplia sobre la validez de la grafología como herramienta terapéutica y el límite entre libertad de expresión y responsabilidad al comunicar temas delicados de salud.

Este litigio también abre un debate sobre los límites de la crítica en plataformas digitales y la responsabilidad de los influencers y creadores de contenido al abordar temas de salud y bienestar.