Estudio propone buscar agujeros negros en materiales antiguos

Teoría sobre agujeros negros primordiales y sus señales


Un estudio teórico reciente sugiere que los agujeros negros primordiales (PBH) podrían haberse formado en el universo primitivo y dejado huellas en materiales tanto cósmicos como terrestres. Estos agujeros negros pequeños, que podrían ser materia oscura, aún no se han observado directamente, pero su existencia podría confirmarse mediante la búsqueda de planetoides huecos o túneles microscópicos en rocas y edificios antiguos.

Los agujeros negros primordiales, más pequeños que los agujeros negros estelares formados por estrellas moribundas, podrían haberse formado debido a las densas regiones del universo primitivo. Aunque su masa es mucho menor que la de los agujeros negros que conocemos, su densidad extrema podría hacerlos difíciles de detectar, pero su impacto en la materia podría dejar huellas duraderas.

Los investigadores proponen que un agujero negro primordial atrapado en un objeto rocoso podría consumir su núcleo líquido, dejando un vacío en su interior. Este tipo de planetoide hueco, que podría ser detectado por telescopios, tendría una densidad mucho más baja que la de un objeto sólido, lo que permitiría identificarlo mediante estudios orbitales. Sin embargo, estos objetos solo tendrían un tamaño pequeño, alrededor de una décima parte del radio de la Tierra.


Microscópicos túneles en materiales terrestres


Además de los planetoides huecos, el estudio plantea que los agujeros negros primordiales podrían dejar túneles microscópicos al atravesar materiales sólidos. Si un PBH pasara a través de una roca o metal, podría crear túneles tan finos como 0.1 micras, lo que permitiría su detección con microscopios. Las rocas antiguas y los materiales de edificios centenarios podrían ser los mejores lugares para buscar estas huellas.

Aunque la probabilidad de que un agujero negro primordial atraviese un material antiguo es extremadamente baja, la investigación señala que buscar estos túneles no requiere grandes recursos. La búsqueda podría ser relativamente económica y, aunque la probabilidad de encontrar evidencia sea pequeña, el posible hallazgo sería revolucionario para la física y la astrofísica.