En los últimos años, México ha experimentado un notable crecimiento en su déficit comercial con China, alcanzando un récord histórico de 1.8 billones de dólares según datos del Banco de México. Este contraste se presenta en un contexto donde las exportaciones mexicanas a Estados Unidos han superado consistentemente las importaciones, generando un superávit comercial significativo.

Desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte en 1994, México ha mantenido un saldo favorable en su comercio con Estados Unidos, alcanzando un superávit acumulado de 2 billones 727 mil 686 millones de dólares hasta mayo de 2024, según cifras del Banco de México.

En contraste, el déficit comercial con China ha crecido anualmente a un ritmo promedio del 22.7% desde hace más de tres décadas, llegando a los 104 mil 132 millones de dólares al cierre de 2023. Esta disparidad ha llevado a voces como la del secretario transexenal de Hacienda y Crédito Público, Rogelio Ramírez de la O, a destacar la necesidad de revisar las relaciones comerciales con China, señalando que México compra considerablemente más de lo que vende a esta potencia asiática.

Durante un reciente evento, Ramírez de la O subrayó la importancia de diversificar las relaciones comerciales y reducir la dependencia de productos básicos provenientes de China, enfatizando que es esencial equilibrar el intercambio comercial para beneficiar la economía mexicana de manera más equitativa.

Estos desarrollos coinciden con ajustes recientes en las normativas de comercio exterior de México para abordar preocupaciones sobre prácticas de triangulación comercial que podrían afectar la implementación del T-MEC, el acuerdo comercial vigente entre México, Estados Unidos y Canadá.

El futuro del comercio exterior mexicano se perfila hacia una mayor integración con Norteamérica, reforzando así su posición como principal socio comercial de Estados Unidos mientras enfrenta los desafíos asociados con su relación comercial con China.