Epilepsia y su impacto emocional: ansiedad, depresión y estigma

Comorbilidades en pacientes con epilepsia: ansiedad y depresión


El 20% de los pacientes con epilepsia desarrolla ansiedad y el 23% sufre de depresión, dos comorbilidades que empeoran el pronóstico de la enfermedad y reducen la eficacia de los tratamientos anticrisis. Según el Informe sobre la relación entre las enfermedades neurológicas y la salud cerebral de la Sociedad Española de Neurología (SEN), estas afecciones están relacionadas con un aumento en la mortalidad y afectan negativamente la calidad de vida y la integración social de los pacientes.

La epilepsia, que afecta a más de 50 millones de personas en el mundo, incluyendo 400,000 en España, tiene un profundo impacto emocional, cognitivo y social en quienes la padecen. A pesar de su alta prevalencia, sigue siendo una enfermedad poco comprendida y estigmatizada, lo que agrava aún más las dificultades de quienes la sufren. Ángelini Pharma, que colaboró en el estudio, señala que el impacto social y el estigma son barreras significativas para una adecuada integración laboral y social de los pacientes.


Un modelo de atención integral: bio-psico-social


El informe sugiere la necesidad de un modelo de atención integral, bio-psico-social, que aborde tanto los aspectos médicos como los factores psicológicos y sociales, como el estrés y la ansiedad anticipatoria. Este enfoque es avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y permite una gestión más efectiva de la patología y una mejora en el bienestar emocional de los pacientes.

El estudio resalta la eficacia de combinar tratamientos médicos con intervenciones sicosociales, como la terapia cognitivo-conductual, para mejorar la autoestima, reducir conductas de evitación y ayudar a los pacientes a manejar mejor la enfermedad. Además, se enfatiza la importancia de fomentar hábitos saludables, como una dieta equilibrada, ejercicio regular y un sueño reparador, para reducir la frecuencia de las crisis y mejorar la calidad de vida.

Las crisis epilépticas recurrentes, los efectos de los fármacos y las alteraciones electroencefalográficas pueden generar problemas cognitivos, emocionales y del sueño, lo que afecta aún más la calidad de vida de los pacientes. Según el Dr. Antonio Gil-Nagel, director de la Unidad de Epilepsia del Hospital Ruber Internacional, la epilepsia puede alterar áreas del cerebro relacionadas con el estado de ánimo y neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, lo que predispone a los pacientes a sufrir de ansiedad y depresión.


El tratamiento integral de la epilepsia requiere un enfoque multidisciplinar, que involucre a especialistas en Neurología, Rehabilitación y Fisioterapia. Estos profesionales no solo deben centrarse en el control de las crisis, sino también en minimizar los efectos secundarios, mejorar la motricidad, el sueño y las relaciones sociales de los pacientes, para garantizar una mejor calidad de vida.


Hacia un mejor abordaje de la epilepsia


Los expertos coinciden en que es fundamental transformar el abordaje de la epilepsia, integrando el control clínico de las crisis con el apoyo emocional y social necesario para los pacientes. Esta combinación no solo mejora la gestión de la enfermedad, sino que también optimiza el bienestar integral de quienes sufren de esta condición.